Catedral de Río de Janeiro

Oficialmente llamada Catedral de São Sebastião do Rio de Janeiro, la Catedral Metropolitana de Río de Janeiro, es una monumental construcción. Por fuera, su peculiar forma piramidal cónica la hace única y, por dentro sus impresionantes vitrales producen un efecto de luz realmente fascinante.

A pesar de la antigüedad de la ciudad, la moderna Catedral Metropolitana que vemos hoy en día, es la primera catedral como tal que ha tenido Río de Janeiro. El papel de Iglesia Catedral fue atribuido a lo largo de los años a diferentes iglesias, pero fue recién en 1964 cuando se puso la primera piedra para la construcción de una Catedral.

Situada en el corazón financiero de la ciudad y fácil de distinguir desde todos sus miradores, esta impresionante construcción no deja indiferente a nadie. Obra del arquitecto Edgar de Oliveira da Fonseca los números de la gigantesca iglesia impresionan: 75 metros de altura externa, 106 metros de diámetro externo y 96 metros de diámetro interno, cuatro magníficos vitrales de 64,50 x 17,80 x 9,60 metros cada uno, y una capacidad para 20.000 personas de pie ó 5.000 sentadas.

Si los números no te impresionan, seguro lo hará la enorme cruz transparente que remata la parte superior del gigantesco cono. Su diseño crea el efecto que de sus lados parecen brotar los vitrales de brillantes colores orientados a los cuatro puntos cardinales, por lo que el efecto de la luz natural a cualquier hora del día, es casi mágico.

La puerta principal, llamada Porta da Fé, está decorada con 48 bajo relieves de bronce, las esculturas del interior así como varias pinturas son obra de Humberto Cozzo. En la parte superior de la Sacristía, una gran plataforma puede albergar un coro, una orquesta y un órgano.

Sin duda, un diseño monumental e imponente. ¿No te parece?

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